Los charcos al volante pueden ser peligrosos si no tienes cierto cuidado.
Ahora que comienza el otoño y con ello se prevén más días lluviosos, hay que saber adaptarse a las precipitaciones para que no nos generen un problema y simplemente se queden en molestias. Hay que saber como actuar al volante en este tipo de situaciones, ya que la lluvia disminuye la visibilidad de los conductores y reduce mucho la capacidad de adherencia de los neumáticos a la calzada. La situación más compleja empieza con las primeras gotas, que levantan el polvo y la suciedad de la carretera, además esto es mucho más peligroso para los motoristas y ciclistas.
Según un estudio realizado sobre como conducir con lluvia, las consecuencias de las precipitaciones van más allá de unas ruedas resbaladizas o un parabrisas mojado, el mayor problema son los charcos. La mayoría de los conductores no saben las consecuencias negativas que acarrea pasar a toda velocidad sobre un charco.
Nosotros te explicamos cuáles son los principales problemas de los charcos:
Pueden esconder irregularidades de la carretera, baches o socavones, por lo que si pasas a toda velocidad por encima puedes pinchar o desllantar la rueda. A veces si la profundidad es muy grande, el vehículo puede quedar atascado y necesitar de una grúa para salir.
Otra consecuencia al pasar a mucha velocidad por encima de un charco, es que se pueda estropear la suspensión del coche en uno de esos golpes.
Una de las más dolorosas para nuestro bolsillo, es que el agua salpique el motor y se dañe el sistema eléctrico.
¿Qué tenemos que hacer al ver un charco?
Lo mejor cuando nos encontramos con un charco es frenar y pasar por encima de él a velocidad reducida. Además si observas a los coches de delante verás si puedes o no cruzarlos.
Circula por el centro de la calzada, es donde menos se acumula el agua y evita pasar al lado de vehículos voluminosos como camiones o autobuses, ya que te pueden salpicar y mover la masa de agua.
Fuente: 20 minutos