Cuidado con los charcos al volante: evita sustos innecesarios
Contenido del artículo
Muy atento a los consejos que te damos en este post de Cars y Dreu para que tú y tu coche lleguéis sanos y salvos a casa.
Conducir con lluvia: precauciones básicas
Ahora que comienza el otoño y con ello se prevén más días lluviosos, hay que saber adaptarse a las precipitaciones para que no nos generen un problema y simplemente se queden en molestias. Hay que saber cómo actuar al volante en este tipo de situaciones, ya que la lluvia disminuye la visibilidad de los conductores y reduce mucho la capacidad de adherencia de los neumáticos a la calzada.
La situación más compleja empieza con las primeras gotas, que levantan el polvo y la suciedad de la carretera. Además, esto es mucho más peligroso para los motoristas y ciclistas.
Los charcos, el gran peligro oculto al conducir
Según un estudio sobre cómo conducir con lluvia, las consecuencias de las precipitaciones van más allá de unas ruedas resbaladizas o un parabrisas mojado: el mayor problema son los charcos. La mayoría de los conductores no saben las consecuencias negativas que acarrea pasar a toda velocidad sobre uno.
Principales riesgos de los charcos en carretera
-
Irregularidades ocultas: pueden esconder baches o socavones, lo que puede provocar un pinchazo o incluso desllantar la rueda.
-
Daños en la suspensión: al pasar rápido por un charco profundo se puede dañar la suspensión del coche.
-
Problemas eléctricos: el agua puede salpicar el motor y dañar el sistema eléctrico, una avería costosa.
¿Qué hacer al encontrarte un charco?
Lo mejor cuando nos encontramos con un charco es frenar y pasar despacio. Observa a los coches de delante para saber si es seguro cruzarlo.
Procura circular por el centro de la calzada, donde menos se acumula el agua, y evita hacerlo junto a vehículos grandes como camiones o autobuses, ya que pueden salpicarte o mover el agua bruscamente.
Fuente: 20 minutos


